jueves, 13 de diciembre de 2007

LA IMAGEN DE NUESTRO CUERPO




Todos hemos construido una imagen interna que contiene la síntesis viva de todas nuestras vivencias emocionales. No nos vemos objetivamente porque una mirada objetiva sobre nosotros mismos es imposible. Nos miramos con los ojos de nuestra subjetividad, por ello en muchas ocasiones no coincide cómo nos vemos y cómo nos ven. Construimos una imagen de nuestro cuerpo con las caricias que nos hacen, las palabras que nos dedican y con toda una serie de vivencias que nos vienen de aquellos que nos rodean. Esta imagen que tenemos sobre nosotros recoge todas las experiencias que se han mantenido con el otro. Es el resultado de las sensaciones que han excitado partes de nuestro cuerpo, incluso antes de tener conciencia de un «yo». Se trata de una imagen propia y personal, ligada a nuestra historia afectiva y sensual.

En la imagen de nuestro cuerpo se guarda la memoria de nuestra historia emocional. Contiene las sensaciones más arcaicas y primitivas, pero al mismo tiempo es actual porque mantiene una relación dinámica con lo que se siente aquí y ahora.

Todo contacto con el otro, sea de acercamiento o de rechazo, se asienta en la imagen que tenemos de nuestro cuerpo.

Una evolución sana de la persona depende de que esta imagen, siempre inconsciente, se haya constituido sin tener sentimientos de invalidez o desaprobación por parte de los adultos. Es la relación emocional de los padres con su hijo la que constituye fundamentalmente esta imagen, que será la base sobre la que se apoyará la evolución psíquica de la persona y de la que dependerá el grado de aceptación que tenga de su cuerpo.

Libro: Alimetacion Emocional
Autora: Isabel Mendez